lunes, 6 de agosto de 2007

ESPAÑA Y ESPAÑOL



En un artículo anterior comentaba que existen muchas obras atribuidas a la españolidad cuando en realidad eran obras castellanas o aragonesas o catalanas o asturianas. Hoy quiero contarles de modo somero las diferencias existentes entre el nombre de España y el gentilicio de Español.

En efecto, hay diferencias nada sutiles entre estas dos palabras, tanto en sus significados como en sus orígenes lingüísticos. España es la palabra que el vulgo del siglo IV de nuestra era le daba a lo que hoy conocemos como península ibérica, provincia romana desde su total conquista. Y digo que era palabra pronunciada pues en su forma escrita era Hispania o en algunos casos Hispaniae. Es decir que los que hablaban latín, pero no lo escribían, decían España y los cultos latinoescribientes escribían Hispaniae.

También les decía que hacia los siglos XI y XII, cuando ya se estaban escribiendo las primeras palabras y oraciones del castellano, no existía un nombre que abarcase a todas las tierras que habitaban los cristianos, en contraposición con las tierras habitadas por los musulmanes. En la diplomática de esos tiempos se usaba el nombre de Hispanus para los habitantes de la zona cristiana. Es cierto que en la época visigótica y por estudios derivados de la toponimia, los Hispanus fueron llamados Romanos, Romanillos, Godos, Godiellos, etc. Una vez que la Reconquista avanzó, entonces empezaron a llamarse Astures, Galleguitos, Toledanos, Basconcillos, Vascones. Así los habitantes de los reinos cristianos antes del siglo XIII eran gallegos, navarros, castellanos, aragoneses, etc. No aparece el gentilicio español sino hasta finales del siglo XIII para la generalidad que hasta entonces era simplemente cristianos. El nombre España aparece asignado en los siglos IX al XI a la zona de la península de lengua árabe y religión musulmana. Existen numerosas fuentes que validan esto como varios escritos en los que emires árabes eran llamados “Rex Hispaniae”,

Es curioso, y nos llama a nosotros la atención, el saber que en los siglos IX y X la diplomática nombraba a los habitantes de Hispaniae “espanos o espanescos”. Pero llama más la atención el hecho de que todos ellos no sintiesen la necesidad de darse un nombre común que no fuese el de cristianos o el de los gentilicios derivados de los reinos cristianos. Será Gonzalo de Berceo quien dé la primera referencia escrita al referir en sus textos sobre los que venían a Santiago a ver al “padrón de españoles” y estamos hablando de una fecha alrededor de 1230.

No tienen el mismo origen lingüístico España y Español. Si el gentilicio hubiese derivado de Hispaniae a través de Hispaniolus entonces tendría que haberse derivado la palabra españuelo, como muchas otras palabras derivadas del latín con la misma terminación –olus derivan en terminación –uelo. Español es una palabra que suena más a catalán que a castellano derivado del latín. Así como España procede de la vulgarización del latín, Español parece ser de origen Languedoc, del sur de Francia. No es la palabra Español un vocablo derivado de España y por tanto no deriva de la castellanización de Hispaniae. Los estudios del suizo Paul Aebischer certifican el origen Occitano del gentilicio Español. Es Español una palabra más catalana que castellana y es probado que se usaba esta palabra de Español para quienes veían como un conjunto una tierra dividida entre entre musulmanes y cristianos. Este nombre debió haber entrado en la península por la frontera nordeste desde las tierras de Provenza. En estas tierras del Languedoc se nombra en el siglo XI “hispaniolos” a los hispanogodos que sobrevivieron en el sur de Francia al avance musulmán y este nombre fue introducido por los francos en la península. Esta forma de Español es anterior a otra usada en el Libro de Alexandre con la forma españón derivada hipotéticamente de hispanione o adaptación a gentilicios similares como borgoñón, gascón, bretón, etc. Esta última forma desapareció en el siglo XIV y dejó extenderse a Español. Por tanto es Español la palabra con la que los francos del Languedoc, habitantes del mediodía francés, denominan a los cristianos de la península. Por ello la palabra cristianos se siguió usando para denominar a los españoles cuando estaban frente a musulmanes o judíos, e incluso se siguió usando en tiempos tan posteriores como la conquista de América. Y se usó la palabra español para designar a los cristianos que habitaban España cuando están frente a otros cristianos de diferente gentilicio.

Mil años median entre la palabra España y la palabra Español. España como derivada del latín del siglo IV y Español como asignación de los francos en el siglo XIII. No derivan una de otra como mucha gente cree y su uso como generalización del pueblo y vida de los habitantes de España comenzará su verdadera andadura con la unión de los reinos comenzada por Isabel y Fernando en un largo periplo histórico que culminará en el siglo XIX. No hay textos en los que se use el nombre de español como denominación étnica antes del siglo XIII y no aparece como título de ningún libro hasta 1520.

Por todo ello es significativo el hecho de que muchos españoles se consideren primero gallegos, catalanes, mallorquines, leoneses y asturianos antes que españoles (no tanto los castellanos), cuando están dentro de España (como en la Edad Media) y son eminentemente Españoles cuando su interlocutor no lo es o su auditorio es el extranjero. Y esto no debe verse como sentimientos nacionalistas o separatistas. Son reminiscencias histórico culturales.


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