miércoles, 19 de marzo de 2014

ENTREVISTA PARA LA NUEVA ESPAÑA DE OVIEDO POR MARIA JOSÉ IGLESIAS-BALOYRA, EDICION DEL 19-03-2014



María José Iglesias-Baloyra: ¿Qué significa para usted esta medalla a su trabajo en pro de la emigración y qué se ha conseguido en los últimos años?

El reconocimiento de dos ocupaciones que han ocupado mi vida y que me han proporcionado, ambas, las mayores satisfacciones. Por un lado la difusión de la Cultura Hispánica y por otro la atención a nuestra colonia española más necesitada.

Al llegar a este país, ajeno a mis costumbres, a mis raíces, me encontré con aquella reflexión de Emil Cioran, un filósofo apátrida rumano que fue acogido en Francia, “Uno no vive en un país, habita en una lengua”. Yo había cambiado de país, pero la lengua seguía siendo la misma. Y la Lengua era la base de la cultura del nuevo país. Nuestra historia, nuestro legado histórico está en nuestro castellano. Había que documentar las bondades de nuestra transculturización. Y más aún en un país que aún no ha cerrado la historia de la Emancipación que comenzó en 1810 y se selló en 1821. Aún viven de las glorias patrias y aún se sigue denostando, más por razones políticas, de la importancia de la transculturización que hicieron los españoles. Venezuela, parafraseando a nuestro gran regeneracionista, Joaquín Costa, necesita echarle llave de una vez al sepulcro de Bolívar. Mis esfuerzos se dedicaron a poner de relieve lo mucho de bueno que tuvo nuestra estancia en América por más de trescientos años. Como colofón de esta dedicación fundé en Maracaibo el Centro de Cultura Hispánica, adscrito al Colegio Bellas Artes, el Colegio perteneciente al Ateneo de Maracaibo, porque es en las instituciones de grado medio en donde se debe instruir a los jóvenes sobre todo lo que culturalmente representa hablar el castellano. Cultura es, como decía Jean Rostand: “lo que el hombre le añade al hombre” y España le dio a los americanos una lengua y con una lengua le transfirió todo un acervo cultural. Venezuela no es afrodescendiente como pretendía el Presidente Chávez, Venezuela es Hispana con un pequeño componente afroamericano.


Entrega de La Medalla de Plata de la Emigración del Ministerio del Trabajo
por el Cónsul General de España en Caracas, Don Paulino González Fernández-Corugedo
y por el Director General de Emigración del Ministerio de Trabajo, Don Aurelio Miras Portugal




 Antonio Escalera Busto después de recibir la condecoración
                                         
El otro trabajo que ha sido reconocido ha sido la dedicación a la atención de nuestra colonia española más necesitada. Aquellos españoles que vinieron en las emigraciones de los años cincuenta y que a lo largo de su vida vivieron más o menos bien, pero que al final de su vida laboral no tenían ni un sistema de pensiones adecuado ni un sistema sanitario que atendiese sus enfermedades. En todo caso, en este país tropical, es llevadera la vida diaria, pero lo que difícilmente se puede atender en esas condiciones es la sanidad.

Me llamó muchísimo la atención que los españoles en Venezuela no habían creado aquellas instituciones culturales y asistenciales que otros españoles habían hecho en México, Argentina, Cuba, República Dominicana o Puerto Rico. Los emigrantes españoles a Venezuela no fueron filántropos como los del siglo anterior, en cuyo caso no existían instituciones para poder atender a los españoles que, ya derrotados por la vida, no tenían medios de atender sus necesidades más inmediatas, ni su salud precaria. Solo existían pequeñas acciones de tipo benéfico por las que, de modo agónico, había que mendigar a unos para poder atender a otros. La Fundación que dirijo se dedicó a recabar los fondos que la Administración Pública del Estado Español y de las Entidades Autonómicas tenían en sus programas de ayuda para los españoles de la emigración. El Estado de Bienestar español llevó a los emigrantes a la consecución de las Pensiones Asistenciales y a un Plan de Salud pero aún quedaban españoles fuera de la atención de estos programas. La Fundación se dedicó a atender a estos españoles y a recabar los fondos del estado Español. Gracias a ello hemos podido atender, en sus necesidades básicas, a un buen número de españoles que muchísimas veces agradecen más el saber que tienen el apoyo y no se angustian por el futuro incierto de su salud o de su alimentación y vivienda.

Es impresionante la insolidaridad que encontré en la colonia española venezolana. Y lo veo yo que no fui un emigrante al uso. Yo me vine a este país en 1972 a reunirme con mis padres que habían emigrado en 1955 solos dejando a sus dos hijos al cuidado de los abuelos. Aún no se ha escrito sobre “los niños de la emigración” no los que salieron a la emigración sino los que se quedaron en España separados de sus padres.

Yo no supe de las miserias y dificultades por las que todos los emigrantes pasaron todos, todos, porque todos llegaron en igualdad de condiciones al país. Todos en estado de necesidad. Y después la vida, la suerte, el hados, no se… hizo que no todos triunfasen. Pero lo que si vi es que al cabo de los años los que habían triunfado no miraban ni de lado a sus mismos compañeros de barco. Esa insolidaridad es la que explica el por qué los españoles de este país no han hecho las obras que los filántropos del siglo XIX hicieron en el resto de América. Menos aún se puede hablar de “Indianos” venezolanos.

Desde España miramos con preocupación lo que ocurre en Venezuela. ¿La situación es tan caótica como parece?

La situación es extremadamente difícil. Hace tiempo que es una situación política complicada, pero ahora es económica, política y social grave. Sobre todo la económica. El país está llegando, como se dice por aquí, “al llegadero”. Las malas políticas económicas aplicadas por esta revolución en los últimos 15 años están recogiendo ahora sus malos frutos. Una economía dirigida por el estado, en todos los niveles de producción y mercadeo, no hará más que llevar al sistema a la ruina. Una populista política de expropiación de tierras productivas y entregada a personas sin ninguna vinculación con la producción agrícola o pecuaria han hecho que dependamos de la importación para poder consumir cosas tan elementales como carne, pollo o leche. Una criminalización de la Empresa privada a la cual se le aplican leyes restrictivas en Arrendamientos, en fijación de precios, en cálculos de utilidad comercial y en impuestos y tasas parafiscales de todo tipo están acabando con la economía.

El error de creer que la colectivización de tierras es una manera de quitar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres ya produjo en la Rusia Comunista una de las mayores hambrunas que recuerde la historia. Los koljós de Lenin fueron los resultados de la conversión de los latifundios.  Aquí vamos por el mismo camino si no fuese porque, al ser Venezuela un importante exportador de petróleo, aún siguen entrando dollares que permiten la importación de los productos que ya no producimos aquí. Este país, que en los tiempos pre-petroleros era un exportador de café, ahora tiene que importarlo de países muchísimo más atrasados que Venezuela.

Pero también los dóllares están escasos y no alcanzan, por eso hay escasez de productos: leche, azúcar, carne, pollo, jabón, pasta de dientes, papel higiénico, medicinas… así hasta un 28% de faltantes de productos de consumo básico. Y una inflación anualizada del 60%, la más alta del mundo actual.

Otro de los grandes daños que se le ha hecho a esta sociedad en quince años, aparte de la destrucción del tejido social, ha sido la inoculación de un discurso de odios de clases que no se conocía desde los tiempos de las salvajes guerras de emancipación o de las guerras federales del siglo XIX. La sociedad venezolana era una sociedad muy uniforme. Los actuales dirigentes creen en la lucha de clases y utilizan todos los instrumentos a su alcance para que, al menos ahora de palabra, la oposición ricos y pobres, patriotas y apátridas, sean la base del discurso político.

¿Qué puede ocurrir a partir de ahora?

Estamos en una sociedad militarizada, y no solamente porque los militares estén ocupando puestos del gobierno y de la administración general del estado sino porque su pensamiento es eminentemente militarista, no es democrático. Con un demócrata se habla, se discute y se disiente y se llega a acuerdos. Con un militar solamente se obedece. La revolución no ve adversarios políticos en quienes le adversan, solo ve enemigos a quienes hay que combatir rodilla en tierra, bayoneta calada y fusil al hombro y ni un paso atrás. La guerra pues.  

El gobierno actual está haciendo bueno el dicho de Sebastian Nicolas Chamfort: “Un gobierno tiránico es un orden de cosas en el que el superior es el vil y el inferior está envilecido”
Recuerdo con temor el libro de José María Gil Robles…..    “No fue posible la paz” ¡Cuánto hay de parecido en lo que se relata! y me asusta cuánto puedan parecerse ambos al final y me estremece pensar en quien podría escribir tan lamentable epílogo… “No fue posible la paz”
El régimen sigue radicalizando sus posturas, no echa para atrás las decisiones que en materia económica nos han traído hasta el día de hoy. No están hechos para el diálogo sino para la confrontación. Y como bien decía Christpher Hitchens: “la esencia histórica del fascismo es la gente más retrógrada empleando la retórica más revolucionaria”. Esa es la esencia del chavismo. Y esa retórica equivocada nos está llevando al abismo.

Por ahora es medio país a quien tienen en contra, pero pronto, sino ya, esta misma crisis que afecta, tanto o más, a las clases de menos recursos se sumaran a estas mismas protestas y harán al país totalmente ingobernable. Soy muy pesimista.



 El Cónsul General de España en Caracas, Don Paulino González Fernández-Corugedo,
 Antonio Escalera Busto y el Cónsul Honorario en el Estado Anzoátegui de Venezuela,
Don Richard Barreiro y Olmedo

Usted milita en el PSOE pero es muy crítico con el régimen de Maduro. ¿Le parece que falta contundencia a la hora de juzgar lo que pasa en el país?

Soy una persona educada en las ideas liberales, adjetivación política que ha quedado opacada con la simplicidad de ser de derechas o de izquierdas, lo cual en estos tiempos no tiene sentido. Nadie puede ser totalmente de derechas ni de izquierdas si es que quiere gobernar con sabiduría. Creo en un capitalismo controlado por el estado, creo en que debe humanizarse el capitalismo mucho más allá de lo que aún está. Creo en la mayor cantidad posible de empresa privada con controles y vigilancia y la menor cantidad de estado posible. No creo en el capitalismo de estado con economías dirigidas por burócratas. Creo en la socialdemocracia, creo en las ideas socialistas de Pablo Iglesias, pero también creo que los sistemas económicos que proponía el socialismo del siglo XIX o el comunismo del XX solo llevan al empobrecimiento. De todos modos me espantan los peligros que menciona Mario Trejo: “De dos peligros debe curarse el hombre nuevo: de la diestra cuando es diestra y de la izquierda cuando es siniestra”

A lo largo de mi vida me he convencido de que, tanto los partidos políticos, como los estados nacionales, hacen bueno aquel viejo dicho de John Foster Dulles, Secretario de Estado de Eisenhower: “Los Estados Unidos no tienen amigos sino intereses” Cuando el PSOE fue gobierno siempre mantuvo una posición condescendiente con los excesos del Presidente Chávez porque el Presidente Chávez manejaba una zanahoria delante de un burro, una suculenta zanahoria, que siempre dejaba morder, contratos y más contratos y convenios económicos. Los gobiernos no tienen amigos sino intereses económicos. Pragmatismo puro. Y como bien decía el esperpéntico Valle-Inclán: “En mi hambre mando yo”

¿Qué echa de menos de España y de su Gijón natal?

De Gijón echo de menos a mis amigos de toda la vida, mi familia, echo de menos el Muro y la Playa y los límites evanescente del mar en esos días grises del otoño o del invierno. Echo de menos mis lecturas solitarias en Campo Valdés donde la mirada se pierde tantas veces, del libro a la Providencia, cuando los recuerdos del tiempo pasado te distraen la atención. Contemplando el embravecido Cantábrico y al ver las altas olas que llegan envanecidas de su fuerza, me hacen recordar mi juventud gijonesa, pero también me hacen recordar a André Gide cuando hablando del paso del tiempo y de la edad decía: “todas las olas del mar deben la belleza de su perfil a la retirada de las que le precedieron”. Así me siento como una ola en retirada que aporta la belleza de perfil a la nueva generación. Y estos pensamientos solo son posibles… en Gijón y frente a nuestro Cantábrico.

De España echo de menos mi identidad. Llevo cuarenta años aquí, pero no soy de aquí, soy de allá. En Venezuela ser español era poco menos que un baldón porque nos atribuyen todos los males de los doscientos últimos años. Es la famosa teoría de los malos políticos hispanoamericanos de echarle la culpa a los anteriores, la “teoría de la dependencia”. Aunque ahora cobra fuerza la sustitución de los españoles por los norteamericanos.

Me hace más español cuando estos “seudorevolucionarios”, en un papel justiciero e iconoclasta, derrumban la estatua de Colón en Caracas y la arrastran hasta colgarla por los pies en un árbol. O cuando los oyes hablar barbaridades de los trescientos años de presencia española en América. Me consuela que todas las estupideces históricas que dicen solamente pueden decirlas en….. castellano! Y su lenguaje comparten todo lo mejor de nuestra historia.

Dada la situación, ¿se ha planteado regresar?

¡Qué más quisiera yo! Pero tenemos la vida partida, las raíces y parte de la familia en Gijón, una hija con su esposo y dos lindas nietas que tengo están en Houston y un hijo al frente de la Oficina de Contadores Públicos, fundada por mi padre en 1956, y mi casa donde vivo con mi mujer, la también gijonesa Montse Abadías, en Maracaibo. Quisiera estar en todos los sitios a la vez. De todos modos pasamos seis meses en Gijón, aunque este año aún no sé cuándo podremos irnos ya que Iberia tiene cerrada la venta de boletos desde el mes de Noviembre. Me temo que tendremos que salir de aquí en patera africana o en balsa cubana.

¿España es justa con sus emigrantes?

En los años que he dedicado a la ayuda a los emigrantes españoles he visto pasar de una situación de ninguna ayuda a los emigrantes a una atención muy buena de los mismos. Hay que hablar de las pensiones asistenciales, de las ayudas individuales, de los planes para el retorno, etc. Pero también hay que decir que en los últimos cinco años, por las dificultades que tiene el propio estado Español, estas ayudas se han recortado. Pero aún son significativas y al menos, nosotros, podemos atender a nuestros españoles. He visto con preocupación el interés del Ministerio de Hacienda por gravar las pensiones que los emigrantes retornados perciben. Eso es injusto.  

¿Votará en las elecciones europeas?

El voto de los emigrantes es un tema que ha pasado por muchas modificaciones y que cuanto más lo modifican peor es para el emigrante. Y hablo de las votaciones para Elecciones Generales y para las Municipales. No se facilita el voto del emigrante. El voto rogado es un atraso mayúsculo, sobre todo en países como los hispanoamericanos donde el correo es un desastre. Si puedo, votaré.

¿Como juzga la política de la UE hacia América, con la aproximación a Cuba como última novedad?

Creo que se debe tener relaciones con todos los países sin que eso sirva de patente de corso. No por ello deben de dejar de hacerse todas las denuncias del régimen opresor y tiránico de los Castro en Cuba. Llevamos demasiados años mirando de lado los desmanes que se han hecho con los Derechos Humanos en Cuba. No hay libertades en Cuba.  

Los jóvenes se marchan de España porque no tienen trabajo. ¿Drama o oportunidad?

Drama y oportunidad. Nadie debería salir de su tierra. Pero todos deberían salir y conocer nuevos horizontes, nuevas ideas, personas distintas. Los que salimos, todos, los que triunfaron o los que no triunfaron, todos pagaron un alto precio. El desarraigo es uno de ellos. Que se salga pero que se pueda retornar cuando crea que ya llegó su tiempo. Los que no lo podemos hacer así podemos tener el sentimiento de estar atrapados en el tiempo. Yo ya estoy de salida en la vida, nunca podría desanimar a los jóvenes que se embarquen en una aventura de emigración.

Y como epílogo a esta conversación y pensando que estoy cavilando con la mirada perdida en mi Campo Valdés de Gijón, recuerdo a nuestro inmortal Francisco de Quevedo y quisiera como él, poder decir en el bello soneto “Desde la Torre”:

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh gran don Iosef!, docta la emprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.


Maracaibo, 21 de febrero de 2014

jueves, 13 de marzo de 2014

ESOS ASTURIANOS POR EL MUNDO: ENTREVISTA A ÁLVARO NEIL "BICICLOWN"



Corresponsal del Magazine Español
escalera1949@gmail.com

ENTREVISTA PARA EL MAGAZINE ESPAÑOL DE CARACAS


El asturiano Álvaro Neil, “biciclown”, lleva ya una semana entre nosotros, en Maracaibo, a donde llegó procedente de Colombia en una etapa más de su vuelta al mundo en bicicleta. Salió de Oviedo, Asturias, el 19 de Noviembre de 2004. Desde ese día hasta hoy ha recorrido 130.122 km. en los cuales ha invertido 3.391 días y recorrido 76 países.

Una semana en Maracaibo es mínimo tiempo para tomarle el pulso a la ciudad, a la sociedad que la habita, a sus casas de colores abigarrados del Barrio de Santa Lucía, el calor sofocante de sus calles y avenidas y al frío de las casas acondicionadas con gélidos aires acondicionados y a su lago que la bordea.

Ha recorrido muchas más calles gracias a los desvíos a los que nos obligan las barricadas de estos atribulados días, y en las muchas colas que ha encontrado ha tenido tiempo para hablar con la gente común.

Este nómada moderno, que hace buenas las palabras de Comte-Sponville: “La verdadera sabiduría estriba en aceptar la impermanencia”, la filosofía oriental que nos deja conocer la sabiduría, la belleza y la paz, en un mundo acelerado de cambios. Hacer bueno el elogio de la lentitud, por eso el mundo hay que verlo desde una bicicleta.    

Hoy queremos su opinión, su palabra de paz y sosiego, la misma que lleva a todas las comunidades humildes por las que pasa y a quien les brinda gratis su espectáculo de “clown”. También queremos su opinión sobre nuestra atribulada sociedad venezolana.

Antonio Escalera: ¿Álvaro, quién eres? ¿De dónde vienes? ¿A dónde vas? ¿Qué   llevas contigo?
Álvaro Neil: Según el pasaporte soy un español, en concreto asturiano, y para allá voy, para España. Curiosamente vengo también de ahí, con lo que es legítimo decir que he dado la vuelta al mundo a bordo de una bicicleta. Conmigo llevo un sueño hecho realidad. El sueño de descubrir La Tierra, sus rincones y gentes, sin el filtro malévolo de los medios de comunicación.

A.E. ¿Qué te aportan las comunidades por las que pasas?
A.N. Conocimiento. Todas son una caja de Pandora llenas de misterio y sabiduría.


Bailarín indonesio, Jombang, East Indonesia, 2009
(Foto Álvaro Neil)

A.E.  ¿Y tú a ellas?
A.N. Imagino que esperanza. Al verme, algunos piensan que cumplir los sueños es posible.

A.E. Dice Eduard Punset que “la felicidad está en la sala de espera  de la felicidad”. ¿La felicidad hay que esperarla o hay que buscarla o hay que crearla?
A.N. La felicidad es como el arco iris. Cuando le cuentas a alguien que hay un arco iris y se lo vas a mostrar ya ha desaparecido. La felicidad se mueve constantemente y basta que creas que eres feliz para dejar de serlo.

A.E. Es más feliz, no quien más tiene, sino quien menos desea.  ¿Cuáles son tus mínimos deseos?
A.N. El que menos tiene lógicamente acarrea menos preocupaciones. No le van a robar el coche ni la casa. No tiene. Mis deseos en esta vida, a pesar de tener apenas 46 años, ya los he cumplido: era liberarme del yugo consumista y ver el mundo desde una bicicleta.


Le felicidad del viajero solitario y el descanso del ciclista
Kenia, a las afueras de Nairobi, 2007
(Foto Álvaro Neil)

A.E. Has entrado desde Colombia a Venezuela por segunda vez, la  primera fue en 2002, año convulso en Venezuela también. ¿Cómo encuentras a Venezuela en 2014?
A.N. Las conversaciones de la gente de clase media y media alta solo giran en torno a una cosa: donde hay comida y a qué precio. Eso habla de que el país está sumido en una crisis económica absoluta. Y si ves la tele parece el reino de las maravillas. Lo mismo vi en Cuba.


Coronado de dátiles en Homms, Siria, 2007
(Foto Álvaro Neil)

A.E. ¿Cómo percibes al venezolano? ¿Un nuevo rico arruinado? ¿Un nuevo rico que desbarató su fortuna? ¿Una ideología intolerante en el poder?
A.N. El venezolano es un hombre aplastado por un sistema económico inviable que ni siquiera puede comprar un billete de avión para salir del país. Un país cuya economía gira en torno a una sola cosa, el petróleo, está condenado a morir.
El poder no tiene espejos, no los soporta. Maduro es una caricatura mala de la película El Gran Dictador.

A.E. Hispanoamérica fue un hito cultural en los siglos XVII y XVIII. ¿Por qué hoy es una gran fábrica de miseria?
A.N. La globalización ha provocado una uniformidad de culturas, arrasando lo             autóctono, que es donde radica la cultura y la esencia del pueblo. Antiguamente no se sabía lo que ocurría en el otro lado del Planeta y las sociedades podían evolucionar a su ritmo. Ahora todos quieren lo que tiene el vecino. Pero el vecino no es el de arriba, sino el de Estados Unidos. Y eso genera deseos que al ser irrealizables provocan la esclavitud del ser humano. El dueño de ese esclavo no es el hombre blanco, es el consumo.


Gente para la que actúa, El Salvador, 2013
(Foto Álvaro Neil)


A.E. Y nuevamente a la carretera…. ¿Tu próximo destino?
A.N. Mi destino es Mérida, Cúcuta..., siempre es el horizonte.

A.E. ¿Con ganas de llegar a casa? ¿O tu casa ya es el mundo?
A.N. Mi casa es donde me encuentro en cada momento. Viajo a la velocidad de las mariposas y no deseo llegar a ningún lugar más que a la esquina, y luego a la otra esquina...
Efectivamente me siento en el mundo como en mi casa.

A.E. Como despedida quisiera que le dejases a este atribulado pueblo venezolano un mensaje de paz y de reconciliación.
A. N. Nadie te va a dar lo que te corresponde, menos un político. Hay que pedírselo. Todos los cambios importantes en la Historia han venido precedidos de sublevaciones populares, de reclamos y exigencias. Para analizar cómo está este país hay que salir. Dar una vuelta por la vecina Colombia y comparar. A veces creemos que sólo hay una forma de hacer las cosas, por ejemplo las arepas. Cualquier perpetuación en el poder es por definición perniciosa. Si la naturaleza renueva sus flores cada primavera, ¿Por qué el ser humano desea abrazarse eternamente al poder?

A.E. Gracias a Álvaro Neil, “biciclown”, tus amigos de Maracaibo te echaran de menos… 


A.N. Gracias a ti Antonio y a esa familia de Maracaibo que ha hecho que tenga que volver una y otra vez a Venezuela.


Álvaro Neil en Maracaibo con las familias: Rodríguez-Prado, Martínez-Morillo, Valecillos-Escalera, Goiri-Landaeta y Escalera-Abadías y la compañera de bicicleta desde Nicaragua, Martina Gees
(foto Alvaro Neil)


Maracaibo, marzo 2014


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martes, 11 de marzo de 2014

ESOS ASTURIANOS POR EL MUNDO: "BICICLOWN" DE NUEVO EN MARACAIBO


El 13 de octubre de 2004 nos abrazamos en Gijón. Vino de Oviedo a visitarnos y a despedirse de nuevo. Nos habíamos encontrado en Maracaibo en Noviembre de 2002 en una etapa más de su primer viaje, la vuelta a Sudamérica en bicicleta. Álvaro Gómez-Morán de la Rubia, o simplemente Álvaro Neil, como le gusta que le llamen, carballón de pro, había empezado en La Paz, Bolivia, un periplo que lo llevó hacia el sur del sur, hasta la Patagonia, y hasta más allá, a la tierra de los fueguinos, y de allí, subiendo por la costa oeste, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, apareció un día por estas cálidas tierras maracuchas a donde había entrado por la colombiana ciudad sin ley de Maicao.

Pero no era un viajero al uso de aquellos aventureros del siglo diecinueve, descubridores de nuevas tierras. Álvaro era un descubridor de personas, buscaba conocer más personas que tierras, más sentimientos humanos que hazañas de héroe de leyenda. Y a la vez llevar un mensaje de amor y de paz en su doble faceta de viajero y de payaso, actuando para comunidades marginales necesitadas de estos mensajes solidarios.

En Maracaibo estuvo varios días conociendo los asentamientos de los indios paraujanos de la Laguna de Sinamaica, en sus famosos palafitos, y la fortuna y maldición de la tierra venezolana en sus campos petroleros de la costa oriental del Lago, Ciudad Ojeda, Lagunillas y Bachaquero. Y un día se despidió de nosotros rumbo al norte del norte de nuestra América del Sur, al Cabo San Román, en la península de Paraguaná. Y de allí a la convulsionada Caracas de los días de los militares en la Plaza Altamira y más allá a los parajes de nuestros Llanos y después la Gran Sabana y los longevos e inmarcesibles Tepuyes que lo escoltaron hasta salir de Venezuela, hacia Brasil, por Santa Elena de Guairén.

Ese día otoñal de Gijón de 2004 vio nuestro reencuentro, dos años después de haber acabado la vuelta a Sudamérica, tiempo en el cual pudo escribir el libro con sus relatos de viaje que fue publicado con el título de “Kilómetros de sonrisas” y comenzar los preparativos de su siguiente viaje que emprendería pocos días después, el 19 de noviembre de 2004, y que lo llevaría desde la plaza de la Catedral de Oviedo, vigilado y alentado por el Magistral de la Regenta seguramente, a dar la vuelta al mundo empezando por África. Un viaje previsto que durase diez años pero que, para las fechas actuales, ya se lleva esos diez años y aún le faltan tres más.

Un viaje de este tipo es difícil de evaluar su duración, es imposible poder prever cuales van a ser sus condiciones de viaje, enfermedades que se presentan, retrasos en trámites de fronteras, etc. O plácidas estancias con gentes de bien que acogen su paso por sus vidas, engrandeciéndose la vida de ambos.

Su periplo africano comenzó en Marruecos, rumbo al sur por la costa oeste de África, justo en sentido contrario que los subsaharianos tomaban para cambiar su vida accediendo a la soñada Europa. Sus caminos se cruzaban. Recorrió los caminos saharauis, abiertos para pueblos fantasmas siempre deshabitados pero que hicieron creer habitados, para que España y el mundo creyesen que esas masas de gentes y poblaciones enteras se levantaban contra lo que quedaba del pobre Imperio Español y tratar de formar la nación Saharaui. Quedan los recuerdos de la Marcha Verde y el deletéreo recuerdo de los tiempos coloniales, y de Ifini y de Sidi Ifni.

Atravesando Nigeria, la primera malaria, que lo tuvo tumbado más de una semana y casi que con pasaporte al más allá, y adelante y hacia el sur hay que seguir pedaleando. Desde Ciudad del Cabo hacía arriba y hacia Sudán y después Egipto. Ahí se tomó su tiempo para escribir su segundo libro que se tituló “África con un par” relato de todo este viaje africano.

Y de nuevo a la carretera y a los caminos de polvo y a las trochas, Rumbo al Oriente Medio, empezando por Israel y Jordania, después Líbano y es peregrino en Baalbek, donde fenicios, arameos, griegos y romanos superpusieron sus culturas, tierras milenarias que vieron al viajero Robert Byron, aquel escritor que nos legó “Viaje a Oxiana” y “Viaje al Tibet”, dos memorables libros de viajes.  Y Siria donde aún no habían empezado a matarse unos y otros. Y Turquía y su límite de Oriente y Occidente, crisol de culturas, Bizancio, último aliento de Roma, encuentro de pueblos, trasvase de informaciones. Anábasis de culturas.



Biciclown actuando en Beirut para niños palestinos en el
campo de refugiados de Shatila en 2008

Pero mientras tanto un salto a Chipre, isla que ya recuperó la calma aunque sigue dividida en dos bandos, turcos y griegos. Y de Turquía a las antiguas repúblicas socialistas soviéticas del sur, Georgia y Armenia y ya está en el gran Cáucaso, en Azerbaijam  y de ahí a Irán donde un policía de fronteras de Azerbaijam le rompe sin intención el pasaporte lo cual le impide entrar a Irán. Como en Azerbaijam no hay representación Consular de España tenía que regresar a Georgia para que le diesen un nuevo pasaporte. Pero después de miles de kilómetros y de dificultades unas páginas rotas no iban a ser un obstáculo en el viaje. Unas gotas de pega y la buena voluntad de los agentes de la frontera iraní resolvieron el problema. Ya está en la antigua Persia que es tan hospitalaria para los viajeros como  inhóspita para la difusión de la verdad noticiosa.

Y de Irán hacia los “Stan”, los países del Asia Central: Urdekistan, Turkmenistan, y Kirguistan y de ahí al Gran Imperio de la China entrando por Kasgar  que  es una ciudad condado, un oasis, en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang en la República Popular China y situada al oeste del desierto de Taklamaká. Tierras que vieron pasar al Gran Gengis Kan allá por el siglo XIII y que hoy ven pasar un apacible y sonriente “biciclown” por los días del año 2008.


Promocionando sus libros y documentales en DVD


Y de nuevo hacia el norte entrando en la inmensa China que en pinyin (transcripción fonética del mandarín) se dice Zhōnghuá Rénmín Gònghéguó, o simplemente China (Zhōngguó) para de nuevo salir hacia el sur y entrar a Pakistan y al legendario Punjab de Rawalpindi, antigua capital pakistaní, recorriendo una de las más famosas carretereras de Asia, la “Karakorum Highway” que costó miles de vidas chinas y pakistanís a la orden los de constructores ingleses.

Y entrar en la India por una frontera adornada con tropas ataviadas con los uniformes heredados del colonialismo ingles tanto indios como pakistanís tratan de demostrar los tropas más altas y más gallardas en los cambios de guardia. Y bicicleteando de oeste a este atravesó Nepal con sus carreteras espectaculares. Una pequeña concesión a las piernas y se baja de la bicicleta para hacer treking hasta los campamentos base del Everest que están por encima de los 5000 metros. Y la legendaria Katmandú que solo le queda el nombre de legendario, como Lhasa ya no es Lhasa ni Tombuctú es Tombuctú, aunque sus nombres aún abran febriles pensamientos de aventura.

Y continúa pedaleando, ya vamos por 2009, al mínimo estado de Sikkim, aún en los Himalayas y después el Reino de Bután, que significa la tierra del dragón del trueno. Y nuevamente hacia el sur, buscando la inmensa ciudad de Calcuta (Kolkata en bengalí), capital de Bengala, la recordada tierra de los famosos y cinematográficos “Lanceros bengalís” y primera capital del “Raj británico”.

Para continuar hacia el este habría que cruzar Myanmar, la antigua Burma, lo cual está prohibido hacer por tierra. Los puntos internos de Myanmar solo se comunican entre sí por avión, imposible hacerlo por tierra, por lo que había que saltar este país y un avión lo pone en Bangkok desde donde continúa su periplo por Tailandia camino a Malasia y a Indonesia con sus islas de Flores, y Bali y Java y Lombok y Sulawesi y Sumatra y de ahí a la antigua colonia portuguesa de Timor Oriental que  lo ve pedalear a finales de 2009. En Dili, su capital, actúa para un barrio humilde con la presencia del Premio Nobel de la Paz 1996, José Ramos Horta, presidente de la República.

Y nuevamente a saltar islas, a Malasia de nuevo y a Brunei en Borneo, finalizando el año 2009 y regresando de nuevo a Bangkok para seguir subiendo por Camboya, Vietnam y Laos y entrando de nuevo a China siguiendo norte franco hasta llegar a Mongolia, recorrida de cabo a rabo con centro en Ulan Bator, su capital. De Mongolia y por sus carreteras de tierra y hierba hacia la capital de China, Beijing, no sin antes pedalear al pie de la Gran Muralla China. Su meta ahora era la espectacular Shanghai en el delta del rio YangTsé, emporio de la modernidad china. En Shanghai se queda tres meses para escribir su tercer libro: “Donde termina el asfalto” que recoge los relatos viajeros de los últimos tres años.



Campamento en la estepa mongola en 2010

Abandona China al inicio de 2011 por aire rumbo al Imperio del Sol Naciente, a Japón y sus casi tres mil islas. Las ciudades de Shikoku, Kyushu, Honshu y Hokkaido lo ven pedalear y llega para ayudar a las víctimas del Tsunami de febrero de 2011. La ciudad de Sendai, la más afectada por el tsunami, vio su espectáculo y recibió un poco de humor y alegría en los aciagos días posteriores a la tragedia.

Y nuevamente a saltar de islas al continente. Ahora es Corea del Sur que lo ve pedalear, a Corea del Norte no lo dejan entrar. Regresa de nuevo a Japón y de ahí a Australia, a Cairns, la cálida ciudad norteña, base de operaciones de quienes van a bucear a la Gran Barrera de Arrecife. Baja toda la costa este de Australia, pasando por Brisbane hasta Sidney. Allí lo esperaba el Centro Asturiano y una buena provisión de sidra. Y nuevamente a la carretera y hacia el sur rumbo a Melbourne.

De Melbourne, otro salto de islas, y ahora es a Nueva Zelanda que la recorre completa de norte a sur por espacio de seis meses, haciendo tiempo para que llegase el verano en Alaska, comienzo de la siguiente etapa. En Abril de 2012 salta a las islas de Hawaii y en Kailua-Kona, pedalea por Kealakekua Bay hacia el sur, donde el capitán James Cook desembarcó por primera vez en la isla en 1778, donde fue finalmente asesinado. Sube en bicicleta a la cima del volcán apagado de Maunakea, que con sus 10.203 metros desde la base a la cúspide, la hacen la montaña más alta de la tierra. Claro que tiene bajo el agua 6.000 metros pero su cima está a 4.203 metros, todo un reto para Álvaro.


Pedaleando por la jungla de Kapoho, en Hawaii 2012

El verano comienza en Alaska el 24 de junio, y con casi veinticuatro horas de luz, arranca el reto americano, tiene de frente, y mirando hacia abajo, una ruta casi recta: Alaska-Tierra del Fuego con unos impresionantes diecisiete mil kilómetros a recorrer.  Y arrancará siguiendo la misma ruta que siguieron los primeros pobladores de América, aquellos que aprovechando una de las glaciaciones pasaron por el estrecho de Bering e iniciaron la humanización del continente americano en un desplazamiento norte sur hasta formar la famosa cultura de Clovis entre 10.000 y 12.000 años A.C.

Los Estados de la costa oeste de Estados Unidos lo ven pasar rumbo Los Ángeles para después ir dirección este hacia el mayor estado de la Unión, Texas. Y de ahí nuevamente hacia el sur y al oeste para entrar a México y recorrerla de frontera a frontera. Ahora es un espalda mojada en dirección contraria y legal, pero espalda mojada porque el calor mexicano se siente en todos los poros.

¡Al fin volvió a hablar español! Uno no vive en países, uno habita en una lengua, decía con mucho tino el filósofo Emil Ciorán, apátrida rumano acogido en Francia. Al hablar de nuevo castellano está entre los de su origen y su historia. Actúa para un Centro de Migrantes (centroamericanos rumbo a USA) en la ciudad de Saltillo, ante doscientos cincuenta buscadores del sueño norteamericano.  
      
Un salto a “La perla más querida de la corona española”, Cuba, lo lleva para recorrerla completa por dos meses. Las muchas experiencias en la isla, entre ellas el robo del equipo fotográfico y su posterior encuentro por la policía, las conversaciones con la gente de la isla para conocer a fondo la Revolución y sus “resultados”, ameritan tiempo para escribir lo que promete será su cuarto libro. Abandona la, antes bellísima y hoy decrépita, ciudad de La Habana, nuevamente hacia México.

De México, la antigua Nueva España Virreinal, a Guatemala, a tierras mayas cuyo esplendor ya se había extinto cuando los españoles llegaron. Y al sur de nuevo, a El Salvador, donde actúa de nuevo para una comunidad campesina en Comasagua.


Actuando para la comunidad de Comasagua en 2013

Y para estas fechas ya ha consumido el año 2012. Y del Salvador a Honduras y de ahí a Nicaragua donde pasa la Navidad de 2013 en la zona cafetalera de Matagalpa.

El comienzo de 2014 lo ve pedalear hacia Costa Rica y de ahí a Panamá. Pero en Panamá hay un tapón que corta la ruta Norte Sur, el famoso tapón del Darién que separa Panamá de Colombia con unas selvas tupidas y pantanosas de casi imposible trayecto. Un barco de vela, de dos palos, el “Independece”, lo llevará por el agitado Caribe hasta las costas de Cartegena de Indias. Y de ahí a Barranquilla y tiene que atravesar el gran río Magdalena, el rio que tantas veces navegó arriba y abajo el Libertador en sus campañas libertarias. Son también las tierras donde se encuentra Aracataca lugar de nacimiento de Gabriel García Márquez.

Y nuevamente a pedalear toda la costa caribeña de Colombia, Santa Marta, donde se encuentra la Quinta de San Pedro Alejandrino, allí murió el Libertador Simón Bolívar el 17 de diciembre de 1830, y que no puede visitar por el excesivo costo de la entrada.

Y de ahí sube hacia la Guajira, hacia Rio Hacha. Está en la Península de la Guajira, tierra de los indios wayú o “guajiros” dispuesto ya a cruzar hacia el este rumbo al pueblo fronterizo, pueblo sin ley, de Maicao. Pocos pasos más lo ponen en La Raya, frontera caliente entre Colombia y Venezuela que pasa sin mayores trámites. De la Raya a Paraguachón y Guarero y Paraguaipoa y Sinamaica. Estos últimos 120 kilómetros de Maicao a Maracaibo son duros por el calor y el viento en contra. A las cinco de la tarde del jueves 27 de febrero lo esperamos en Santa Cruz de Mara sus amigos Pepe Luis Martínez del Valle y yo, a las puertas de Maracaibo, para guiarlo y acompañarlo a su casa en Maracaibo, que es la nuestra, y donde hoy lo tenemos de grata compañía por unos días hasta que el sur lo llame de nuevo a pedalear, rumbo a Mérida, por el Páramo de Mucuchíes, y de ahí a San Cristóbal para salir a Colombia por Cúcuta y nuevamente al sur, al sur.

Hasta el día de hoy ha recorrido en bicicleta, dando la vuelta al mundo, 130.122 km. en los cuales ha invertido 3.391 días y recorrido 76 países.

Creo que con este somerísimo relato de lugares y trayectos es imposible transmitirles toda la paz y el sosiego que nos insufla con sus relatos y que mi mala prosa difícilmente le haría honor. Solo verlo y oírlo podrá dar una medida de lo que ha sido, o está siendo, esta experiencia para él y para los que lo han conocido y tratado.

Álvaro, asturiano por el mundo, carballón, “culo de mal asiento”, bienvenido a Maracaibo, la ciudad más fría de Venezuela, estás en tu casa.                               



                                                Álvaro “biciclown” en Maracaibo 2014



     Álvaro “biciclown” con Goizalde Goiri y José Luis Martínez Valle



Álvaro, "biciclown", y Martina Gees en Maracaibo con las familias:
Escalera-Valecillos, Rodríguez-Prado, Goiri-Landaeta,
 Martínez Valle-Morillo y Escalera-Abadías



Álvaro “biciclown” con  Martina Gees 
y Antonio Escalera partiendo hacia Mérida



                                                        Un descanso camino al Puente 
                                                 para tomar un jugo de naranjas yaracuyanas


Y un pinchazo antes de llegar al Puente sobre el Lago



El simpático y atento Capitán Blanco de la GNB
 en el Destacamento del Puente sobre el Lago
que facilitó el paso de los ciclistas por el puente 




Banderas de despedida de Maracaibo



   
 Álvaro “biciclown” en Maracaibo 2014


Vuelta al mundo en bicicleta 2004-2017
  
               
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