miércoles, 19 de marzo de 2014

ENTREVISTA PARA LA NUEVA ESPAÑA DE OVIEDO POR MARIA JOSÉ IGLESIAS-BALOYRA, EDICION DEL 19-03-2014



María José Iglesias-Baloyra: ¿Qué significa para usted esta medalla a su trabajo en pro de la emigración y qué se ha conseguido en los últimos años?

El reconocimiento de dos ocupaciones que han ocupado mi vida y que me han proporcionado, ambas, las mayores satisfacciones. Por un lado la difusión de la Cultura Hispánica y por otro la atención a nuestra colonia española más necesitada.

Al llegar a este país, ajeno a mis costumbres, a mis raíces, me encontré con aquella reflexión de Emil Cioran, un filósofo apátrida rumano que fue acogido en Francia, “Uno no vive en un país, habita en una lengua”. Yo había cambiado de país, pero la lengua seguía siendo la misma. Y la Lengua era la base de la cultura del nuevo país. Nuestra historia, nuestro legado histórico está en nuestro castellano. Había que documentar las bondades de nuestra transculturización. Y más aún en un país que aún no ha cerrado la historia de la Emancipación que comenzó en 1810 y se selló en 1821. Aún viven de las glorias patrias y aún se sigue denostando, más por razones políticas, de la importancia de la transculturización que hicieron los españoles. Venezuela, parafraseando a nuestro gran regeneracionista, Joaquín Costa, necesita echarle llave de una vez al sepulcro de Bolívar. Mis esfuerzos se dedicaron a poner de relieve lo mucho de bueno que tuvo nuestra estancia en América por más de trescientos años. Como colofón de esta dedicación fundé en Maracaibo el Centro de Cultura Hispánica, adscrito al Colegio Bellas Artes, el Colegio perteneciente al Ateneo de Maracaibo, porque es en las instituciones de grado medio en donde se debe instruir a los jóvenes sobre todo lo que culturalmente representa hablar el castellano. Cultura es, como decía Jean Rostand: “lo que el hombre le añade al hombre” y España le dio a los americanos una lengua y con una lengua le transfirió todo un acervo cultural. Venezuela no es afrodescendiente como pretendía el Presidente Chávez, Venezuela es Hispana con un pequeño componente afroamericano.


Entrega de La Medalla de Plata de la Emigración del Ministerio del Trabajo
por el Cónsul General de España en Caracas, Don Paulino González Fernández-Corugedo
y por el Director General de Emigración del Ministerio de Trabajo, Don Aurelio Miras Portugal




 Antonio Escalera Busto después de recibir la condecoración
                                         
El otro trabajo que ha sido reconocido ha sido la dedicación a la atención de nuestra colonia española más necesitada. Aquellos españoles que vinieron en las emigraciones de los años cincuenta y que a lo largo de su vida vivieron más o menos bien, pero que al final de su vida laboral no tenían ni un sistema de pensiones adecuado ni un sistema sanitario que atendiese sus enfermedades. En todo caso, en este país tropical, es llevadera la vida diaria, pero lo que difícilmente se puede atender en esas condiciones es la sanidad.

Me llamó muchísimo la atención que los españoles en Venezuela no habían creado aquellas instituciones culturales y asistenciales que otros españoles habían hecho en México, Argentina, Cuba, República Dominicana o Puerto Rico. Los emigrantes españoles a Venezuela no fueron filántropos como los del siglo anterior, en cuyo caso no existían instituciones para poder atender a los españoles que, ya derrotados por la vida, no tenían medios de atender sus necesidades más inmediatas, ni su salud precaria. Solo existían pequeñas acciones de tipo benéfico por las que, de modo agónico, había que mendigar a unos para poder atender a otros. La Fundación que dirijo se dedicó a recabar los fondos que la Administración Pública del Estado Español y de las Entidades Autonómicas tenían en sus programas de ayuda para los españoles de la emigración. El Estado de Bienestar español llevó a los emigrantes a la consecución de las Pensiones Asistenciales y a un Plan de Salud pero aún quedaban españoles fuera de la atención de estos programas. La Fundación se dedicó a atender a estos españoles y a recabar los fondos del estado Español. Gracias a ello hemos podido atender, en sus necesidades básicas, a un buen número de españoles que muchísimas veces agradecen más el saber que tienen el apoyo y no se angustian por el futuro incierto de su salud o de su alimentación y vivienda.

Es impresionante la insolidaridad que encontré en la colonia española venezolana. Y lo veo yo que no fui un emigrante al uso. Yo me vine a este país en 1972 a reunirme con mis padres que habían emigrado en 1955 solos dejando a sus dos hijos al cuidado de los abuelos. Aún no se ha escrito sobre “los niños de la emigración” no los que salieron a la emigración sino los que se quedaron en España separados de sus padres.

Yo no supe de las miserias y dificultades por las que todos los emigrantes pasaron todos, todos, porque todos llegaron en igualdad de condiciones al país. Todos en estado de necesidad. Y después la vida, la suerte, el hados, no se… hizo que no todos triunfasen. Pero lo que si vi es que al cabo de los años los que habían triunfado no miraban ni de lado a sus mismos compañeros de barco. Esa insolidaridad es la que explica el por qué los españoles de este país no han hecho las obras que los filántropos del siglo XIX hicieron en el resto de América. Menos aún se puede hablar de “Indianos” venezolanos.

Desde España miramos con preocupación lo que ocurre en Venezuela. ¿La situación es tan caótica como parece?

La situación es extremadamente difícil. Hace tiempo que es una situación política complicada, pero ahora es económica, política y social grave. Sobre todo la económica. El país está llegando, como se dice por aquí, “al llegadero”. Las malas políticas económicas aplicadas por esta revolución en los últimos 15 años están recogiendo ahora sus malos frutos. Una economía dirigida por el estado, en todos los niveles de producción y mercadeo, no hará más que llevar al sistema a la ruina. Una populista política de expropiación de tierras productivas y entregada a personas sin ninguna vinculación con la producción agrícola o pecuaria han hecho que dependamos de la importación para poder consumir cosas tan elementales como carne, pollo o leche. Una criminalización de la Empresa privada a la cual se le aplican leyes restrictivas en Arrendamientos, en fijación de precios, en cálculos de utilidad comercial y en impuestos y tasas parafiscales de todo tipo están acabando con la economía.

El error de creer que la colectivización de tierras es una manera de quitar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres ya produjo en la Rusia Comunista una de las mayores hambrunas que recuerde la historia. Los koljós de Lenin fueron los resultados de la conversión de los latifundios.  Aquí vamos por el mismo camino si no fuese porque, al ser Venezuela un importante exportador de petróleo, aún siguen entrando dollares que permiten la importación de los productos que ya no producimos aquí. Este país, que en los tiempos pre-petroleros era un exportador de café, ahora tiene que importarlo de países muchísimo más atrasados que Venezuela.

Pero también los dóllares están escasos y no alcanzan, por eso hay escasez de productos: leche, azúcar, carne, pollo, jabón, pasta de dientes, papel higiénico, medicinas… así hasta un 28% de faltantes de productos de consumo básico. Y una inflación anualizada del 60%, la más alta del mundo actual.

Otro de los grandes daños que se le ha hecho a esta sociedad en quince años, aparte de la destrucción del tejido social, ha sido la inoculación de un discurso de odios de clases que no se conocía desde los tiempos de las salvajes guerras de emancipación o de las guerras federales del siglo XIX. La sociedad venezolana era una sociedad muy uniforme. Los actuales dirigentes creen en la lucha de clases y utilizan todos los instrumentos a su alcance para que, al menos ahora de palabra, la oposición ricos y pobres, patriotas y apátridas, sean la base del discurso político.

¿Qué puede ocurrir a partir de ahora?

Estamos en una sociedad militarizada, y no solamente porque los militares estén ocupando puestos del gobierno y de la administración general del estado sino porque su pensamiento es eminentemente militarista, no es democrático. Con un demócrata se habla, se discute y se disiente y se llega a acuerdos. Con un militar solamente se obedece. La revolución no ve adversarios políticos en quienes le adversan, solo ve enemigos a quienes hay que combatir rodilla en tierra, bayoneta calada y fusil al hombro y ni un paso atrás. La guerra pues.  

El gobierno actual está haciendo bueno el dicho de Sebastian Nicolas Chamfort: “Un gobierno tiránico es un orden de cosas en el que el superior es el vil y el inferior está envilecido”
Recuerdo con temor el libro de José María Gil Robles…..    “No fue posible la paz” ¡Cuánto hay de parecido en lo que se relata! y me asusta cuánto puedan parecerse ambos al final y me estremece pensar en quien podría escribir tan lamentable epílogo… “No fue posible la paz”
El régimen sigue radicalizando sus posturas, no echa para atrás las decisiones que en materia económica nos han traído hasta el día de hoy. No están hechos para el diálogo sino para la confrontación. Y como bien decía Christpher Hitchens: “la esencia histórica del fascismo es la gente más retrógrada empleando la retórica más revolucionaria”. Esa es la esencia del chavismo. Y esa retórica equivocada nos está llevando al abismo.

Por ahora es medio país a quien tienen en contra, pero pronto, sino ya, esta misma crisis que afecta, tanto o más, a las clases de menos recursos se sumaran a estas mismas protestas y harán al país totalmente ingobernable. Soy muy pesimista.



 El Cónsul General de España en Caracas, Don Paulino González Fernández-Corugedo,
 Antonio Escalera Busto y el Cónsul Honorario en el Estado Anzoátegui de Venezuela,
Don Richard Barreiro y Olmedo

Usted milita en el PSOE pero es muy crítico con el régimen de Maduro. ¿Le parece que falta contundencia a la hora de juzgar lo que pasa en el país?

Soy una persona educada en las ideas liberales, adjetivación política que ha quedado opacada con la simplicidad de ser de derechas o de izquierdas, lo cual en estos tiempos no tiene sentido. Nadie puede ser totalmente de derechas ni de izquierdas si es que quiere gobernar con sabiduría. Creo en un capitalismo controlado por el estado, creo en que debe humanizarse el capitalismo mucho más allá de lo que aún está. Creo en la mayor cantidad posible de empresa privada con controles y vigilancia y la menor cantidad de estado posible. No creo en el capitalismo de estado con economías dirigidas por burócratas. Creo en la socialdemocracia, creo en las ideas socialistas de Pablo Iglesias, pero también creo que los sistemas económicos que proponía el socialismo del siglo XIX o el comunismo del XX solo llevan al empobrecimiento. De todos modos me espantan los peligros que menciona Mario Trejo: “De dos peligros debe curarse el hombre nuevo: de la diestra cuando es diestra y de la izquierda cuando es siniestra”

A lo largo de mi vida me he convencido de que, tanto los partidos políticos, como los estados nacionales, hacen bueno aquel viejo dicho de John Foster Dulles, Secretario de Estado de Eisenhower: “Los Estados Unidos no tienen amigos sino intereses” Cuando el PSOE fue gobierno siempre mantuvo una posición condescendiente con los excesos del Presidente Chávez porque el Presidente Chávez manejaba una zanahoria delante de un burro, una suculenta zanahoria, que siempre dejaba morder, contratos y más contratos y convenios económicos. Los gobiernos no tienen amigos sino intereses económicos. Pragmatismo puro. Y como bien decía el esperpéntico Valle-Inclán: “En mi hambre mando yo”

¿Qué echa de menos de España y de su Gijón natal?

De Gijón echo de menos a mis amigos de toda la vida, mi familia, echo de menos el Muro y la Playa y los límites evanescente del mar en esos días grises del otoño o del invierno. Echo de menos mis lecturas solitarias en Campo Valdés donde la mirada se pierde tantas veces, del libro a la Providencia, cuando los recuerdos del tiempo pasado te distraen la atención. Contemplando el embravecido Cantábrico y al ver las altas olas que llegan envanecidas de su fuerza, me hacen recordar mi juventud gijonesa, pero también me hacen recordar a André Gide cuando hablando del paso del tiempo y de la edad decía: “todas las olas del mar deben la belleza de su perfil a la retirada de las que le precedieron”. Así me siento como una ola en retirada que aporta la belleza de perfil a la nueva generación. Y estos pensamientos solo son posibles… en Gijón y frente a nuestro Cantábrico.

De España echo de menos mi identidad. Llevo cuarenta años aquí, pero no soy de aquí, soy de allá. En Venezuela ser español era poco menos que un baldón porque nos atribuyen todos los males de los doscientos últimos años. Es la famosa teoría de los malos políticos hispanoamericanos de echarle la culpa a los anteriores, la “teoría de la dependencia”. Aunque ahora cobra fuerza la sustitución de los españoles por los norteamericanos.

Me hace más español cuando estos “seudorevolucionarios”, en un papel justiciero e iconoclasta, derrumban la estatua de Colón en Caracas y la arrastran hasta colgarla por los pies en un árbol. O cuando los oyes hablar barbaridades de los trescientos años de presencia española en América. Me consuela que todas las estupideces históricas que dicen solamente pueden decirlas en….. castellano! Y su lenguaje comparten todo lo mejor de nuestra historia.

Dada la situación, ¿se ha planteado regresar?

¡Qué más quisiera yo! Pero tenemos la vida partida, las raíces y parte de la familia en Gijón, una hija con su esposo y dos lindas nietas que tengo están en Houston y un hijo al frente de la Oficina de Contadores Públicos, fundada por mi padre en 1956, y mi casa donde vivo con mi mujer, la también gijonesa Montse Abadías, en Maracaibo. Quisiera estar en todos los sitios a la vez. De todos modos pasamos seis meses en Gijón, aunque este año aún no sé cuándo podremos irnos ya que Iberia tiene cerrada la venta de boletos desde el mes de Noviembre. Me temo que tendremos que salir de aquí en patera africana o en balsa cubana.

¿España es justa con sus emigrantes?

En los años que he dedicado a la ayuda a los emigrantes españoles he visto pasar de una situación de ninguna ayuda a los emigrantes a una atención muy buena de los mismos. Hay que hablar de las pensiones asistenciales, de las ayudas individuales, de los planes para el retorno, etc. Pero también hay que decir que en los últimos cinco años, por las dificultades que tiene el propio estado Español, estas ayudas se han recortado. Pero aún son significativas y al menos, nosotros, podemos atender a nuestros españoles. He visto con preocupación el interés del Ministerio de Hacienda por gravar las pensiones que los emigrantes retornados perciben. Eso es injusto.  

¿Votará en las elecciones europeas?

El voto de los emigrantes es un tema que ha pasado por muchas modificaciones y que cuanto más lo modifican peor es para el emigrante. Y hablo de las votaciones para Elecciones Generales y para las Municipales. No se facilita el voto del emigrante. El voto rogado es un atraso mayúsculo, sobre todo en países como los hispanoamericanos donde el correo es un desastre. Si puedo, votaré.

¿Como juzga la política de la UE hacia América, con la aproximación a Cuba como última novedad?

Creo que se debe tener relaciones con todos los países sin que eso sirva de patente de corso. No por ello deben de dejar de hacerse todas las denuncias del régimen opresor y tiránico de los Castro en Cuba. Llevamos demasiados años mirando de lado los desmanes que se han hecho con los Derechos Humanos en Cuba. No hay libertades en Cuba.  

Los jóvenes se marchan de España porque no tienen trabajo. ¿Drama o oportunidad?

Drama y oportunidad. Nadie debería salir de su tierra. Pero todos deberían salir y conocer nuevos horizontes, nuevas ideas, personas distintas. Los que salimos, todos, los que triunfaron o los que no triunfaron, todos pagaron un alto precio. El desarraigo es uno de ellos. Que se salga pero que se pueda retornar cuando crea que ya llegó su tiempo. Los que no lo podemos hacer así podemos tener el sentimiento de estar atrapados en el tiempo. Yo ya estoy de salida en la vida, nunca podría desanimar a los jóvenes que se embarquen en una aventura de emigración.

Y como epílogo a esta conversación y pensando que estoy cavilando con la mirada perdida en mi Campo Valdés de Gijón, recuerdo a nuestro inmortal Francisco de Quevedo y quisiera como él, poder decir en el bello soneto “Desde la Torre”:

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh gran don Iosef!, docta la emprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.


Maracaibo, 21 de febrero de 2014

1 comentario:

  1. que lindo es mirar profundamente al mar y disfrutar de la paz.
    hace tiempo tengo ganas de sacar algun pasaje en avion a brasil pero todavia no tuve la oportunidad de ir.
    espero que sea este 2016

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