Estadisticas

lunes, 6 de agosto de 2007

LA CARTOGRAFÍA DE COLÓN


La Geografía, como ciencia que estudia la configuración de la tierra, con sus mares y sus continentes, sus montañas y sus valles era, para el hombre antiguo, más una religión que una ciencia. Ni que decir tiene que si se habla de la Cosmografía entonces ahí sí entramos de lleno en el mundo de la teosofía y de la mayor parte de las religiones antiguas. Precisamente, de esa unión primigenia entre teogonías y geografías, vendrá el tardío desarrollo de la ciencia que describe nuestro planeta y nuestro cosmos.

Las montañas eran lugares sagrados y los cuerpos celestes casi eran representaciones del sentido mismo de la vida. Sol que nace y muere todos los días, luna que nace y muere cada mes, todo ello está asociado a conceptos de “renacimiento” de volver a nacer, de creación periódica. Por eso es que la luna está tan asociada a los fenómenos de la muerte y resurrección y ahí está para demostrarlo toda la obra poética de Federico García Lorca con sus omniscientes presagios lunares. Hécate, la diosa griega de la luna, era también la diosa de los espíritus y la reina del mundo infernal. Muchos ritos funerarios se celebraban al amparo de la luna porque ella también era vivificante, porque era capaz de renacer. Y de todas las presencias del cosmos, ninguna les era más cercana que la luna. Y comenzaron a describir el cosmos mucho antes de describir sus entornos terrenos. En la inmensidad y en la infinitud del cosmos era más fácil construir una teogonía y una teosofía derivada de ella. Creían que cada estrella estaba asociada a una persona, que se encendía cuando nacía y se apagaba cuando moría, y aún mantenemos en nuestro hablar coloquial expresiones como “nacido con buena estrella” y mantenemos en nuestro diccionario castellano la palabra “astroso”, que deriva de la palabra latina “astrosus”, que significa “con mala estrella”.

Qué fácil era cavilar sobre el mundo de arriba y que difícil era describir el de abajo. Mucho antes de que los hombres se pusiesen de acuerdo en cómo era la forma de la tierra que los rodeaba ya existía toda una cosmología del mundo futuro. En el año 1307 Dante Alighieri escribió, en cien cantos, el largo peregrinar del alma, después de la muerte, a través del infierno, el purgatorio y el cielo, con una descripción pormenorizada y exhaustiva de los tres lugares, bien acompañado de su idolatrado Virgilio en el infierno, de Beatriz su amada inmortal en el Purgatorio y de San Bernardo en el cielo. Pero en 1307 apenas el mundo conocido y descrito era el mundo que irradiaba desde el Mare Nostrum y pocos detalles se podían aportar de sus forma y constitución, en contraste con la cantidad de detalles que se aventuraban del mundo del mas allá.

Las primeras descripciones de la tierra nos la semejan a un huevo e incluso a un huevo en un útero que era el espacio. Beda el Venerable, en el siglo VII, hacía el símil perfecto con las partes de un huevo, la tierra era la yema, rodeada de agua como la clara rodea a la yema y por afuera el aire que era la membrana del huevo, y cubriéndolo todo el fuego que venía a ser la cáscara. ¡ Mucha menos imaginación que para elaborar teogonías !

Herodoto se reía de Homero porque este último decía que la tierra era un disco redondo rodeado por el Océano. Herodoto pensaba que la tierra era un plano en el que los dos grandes ríos, el Danubio y el Nilo, era simétricos en torno a una línea central que atravesaba los pueblos griegos. Esquilo creía que la tierra era un paralelogramo cuyo “ecuador” atravesaba el Mediterráneo. La mitología suponía que tanto fuese un huevo como un disco, ésta estaba sostenida, según los griegos por un Atlas, los aztecas por Quetzalcoatl y los hindúes por cuatro elefantes. Platón nos proporciona la primera imagen del mundo en forma esférica cuando así la describe en su obra Fedón, en el siglo V a.C. Los matemáticos, junto con Platón, la consideraban así, esférica, porque, estéticamente, la esfera es una forma matemática perfecta. Esta forma esférica perfecta era debida a que, si todos los cuerpos al caer tienden hacia el centro, entonces la tierra era el centro del universo. He aquí el primer razonamiento para un geocentrismo que durará siglos en la mente humana. De todos modos este razonamiento constituye uno de los mejores legados del mundo antiguo al moderno. Una esfera era susceptible de ser dividida de forma simétrica (otro de los grandes valores estéticos) y también podía ser dividida en círculos paralelos. A cada una de las divisiones paralelas le dieron el nombre griego de “climata”, nombre derivado de “clima” , que significa, en realidad, “inclinación”, ya que en cada una de estas subdivisiones paralelas la duración del día era variable de acuerdo a la diferente “inclinación” del sol. También observaron que estas divisiones estaban asociadas a diferentes condiciones de sol, temperatura, nubosidad, etc. con lo que las “climatas” devinieron en condiciones ambientales que ahora denominamos climas. No se pusieron de acuerdo en cuantas subdivisiones “climata” se debían hacer y se discutieron entre tres y diez “climatas”. Ptolomeo basó su sistema geográfico, precisamente, en el estudio de las “climatas” y a él se le debe el comenzar con una climata que, de este a oeste, atravesaba el Mediterráneo como un ecuador de la época.

Erastótenes (284 a.C.-192 a.C.), el mejor matemático de los geógrafos de Alejandría, pudo medir la circunferencia de la esfera terrestre con una técnica geométrica válida aún hoy y que estableció en 252.000 estadios, equivalentes a 46.190 kms. Cifra errada por exceso en un 15%, según conocemos actualmente. El método se basó en medir el ángulo de inclinación del sol en Assuán cuando en Alejandría el sol estaba perpendicular. Calculó en 7 grados 14 minutos, perfectamente, esta desviación. Posteriormente midiendo la distancia entre las dos poblaciones y considerando que la medida angular era la cincuentava parte del círculo terrestre, pudo dar la primera medida de la circunferencia terrestre. El error final se debió a que en la época se medía con muchísima más exactitud ángulos que distancias, cosa que se perpetuará durante siglos. El mismo Erastótenes trazó sobre las líneas paralelas este-oeste, líneas que yendo de norte-sur producían ángulos rectos sobre las anteriores. Tanto las paralelas como las verticales no mantenían distancias regulares entre ellas sino que las hacía pasar por lugares determinados, por Alejandría, por Rodas, Sicilia, Columnas de Hércules, etc. con lo que obtuvo una red irregular sobre la que se distribuían los puntos conocidos.

Será Hiparco quien, a esta distribución de líneas paralelas y perpendiculares, les dará intervalos iguales, con lo que la malla reticular se hizo uniforme y si se las numeraba podían tener un sistema de coordenadas para fácil ubicación de los puntos. Las primeras 60 divisiones de Erastótenes las convirtió Hiparco en 360, que devinieron con el tiempo en los actuales “grados” y la distancia entre las divisiones la calculó en 111 Km. que es el valor numérico que actualmente se le asigna a un grado. Hiparco estableció el principio de que, con una medida astronómica de longitud y de latitud, se podía saber la posición.

Pero anímicamente se produce, también, la conciencia de que en la creación no existe el azar y que todo puede ser predecible, que la vida no es accidental sino que podía ser representada en unidades matemáticas exactas y reproducibles.

Ptolomeo (85 d.C.-165 d.C.) reunió los datos de Erastótenes y de Hiparco y recopiló todo el conocimiento, lo glosó y lo estructuró y lo nombró. Hoy tenemos que el sistema reticular es la base de la cartografía; palabras como longitud y latitud provienen de él, aunque él las usó más en el sentido de “largo” y “ancho”. Su libro más importante, “Geografía”, anotó las coordenadas de unos ocho mil puntos y los colocó en una disposición que aún conservamos, el norte hacia arriba y el sur hacia abajo. El mundo que conocía, y en el que distinguía ocho mil puntos situados en unas veintiséis regiones, tenía que cambiar la escala de alguna de ellas para que pudiesen entrar todos los puntos cuando había una gran densidad puntual. Adoptó de Hiparco la división en 360 grados y a su vez los dividió, cada uno de ellos, en minutos y estos a su vez en segundos del arco.


Atlas de Ptolomeo

Sin embargo Ptolomeo incurrió en algunos errores que iban a tener importancia capital en los siglos posteriores. El más importante fue no aceptar la medida del grado terrestre en 113 Km.. y considerar que este era de 80 Km.; le dio más valor al cálculo de Posidonio y de Estrabón para la circunferencia terrestre, que ellos establecieron en 29.000 Km. Con esta estimación baja de la circunferencia, en el mapa que dibujó, colocó a Asia hacia el este, pero de una longitud de 180 grados (cuando en realidad era de 130 grados). El efecto producido en los mapas de Ptolomeo por estas consideraciones era que se reducía la distancia entre el extremo este de Asia y el extremo oeste de Europa.

Los principios geográficos de Ptolomeo permanecieron inalterados hasta el siglo XV y son la base de los mapas sobre los que Cristóbal Colón va a calcular sus viajes y sus distancias. Pero si bien Ptolomeo aportó el “afortunado” error de una distancia menor a lo que era una distancia mayor, la verdad es que su concepción del mundo geográfico abrió las mentes para la especulación y la ambición exploradora al aportar un mundo esférico del que conocían una parte pero les faltaba conocer lo que, en una vuelta completa, les llevaría al lugar de partida. Antes de abrir los mares y los caminos era preciso abrir las mentes. En tiempos de Colón no es que se dudase de que se podía ir a las Indias por el camino contrario, lo que se dudaba era que, dadas las distancias calculadas, la empresa fuese viable para los barcos de la época.

Desde Alejandro Magno hasta Marco Polo hay una distancia en el tiempo que está cubierta con el conocimiento del mundo oriental, un mundo conocido y relatado a través de cientos de manuscritos de viajeros, conquistadores, misioneros o cruzados, que aportan, entre todos, unos conocimientos ciertos medio ocultos en un mundo de leyendas y de mitos marcados por influencias religiosas como las que fijaba la Biblia o las que de ella deducían santos sabios como Agustín de Hipona o Isidoro de Sevilla. No ocurría así con las descripciones marinas que habían sido hechas, no con una literatura fantástica de origen bíblico, sino con experiencias diarias de los navegantes, y cuanto más lejos de la costa estaban, menos leyendas interferían con las descripciones. Así los vastos territorios marinos eran apropiados para desarrollar las libertades de aprender de la experiencia y no de relatos quiméricos.

Los viajes por el Mare Nostrum eran navegaciones de las llamadas de cabotaje, es decir viajes por mar pero sin perder de vista la costa. Las descripciones de estos viajes proveían unas cartas marinas con descripciones minuciosas y pormenorizadas de toda la costa. Estas cartas recibían el nombre de “cartas portolanas” o guías de puertos, guías prácticas de puertos que además tenían la ventaja de que, al poder ser llevadas a bordo, podían ser corregidas “in situ” de acuerdo a la experiencia vivida. Las costas del Mediterráneo, norte-sur, no se separaban más de ochocientos kilómetros lo cual supone una diferencia en la latitud de unos 7 grados por lo que el conocimiento de la latitud no era tan importante. Pero más allá de los Columnas de Hércules, cuando se perdían las costas y se adentraban en el continente africano, que iba de los 38 grados de latitud norte hasta los 38 grados de latitud sur, era importante y más sencillo poder establecer esta latitud. La altura de la estrella polar en el norte permitía estos cálculos, pero cuando pasaban al sur, y la estrella polar desaparecía, tenían que utilizar los cálculos con los datos obtenidos de los astrolabios, que eran unos instrumentos que determinaban la posición y movimiento de los astros. La técnica y los aparatos fueron desarrollados por los portugueses en el siglo XV precisamente ante la necesidad de viajar por estas sureñas tierras africanas.

Por ello la mayor parte de los viajes de la época eran viajes norte sur, porque era mucho más fácil establecer la latitud que la longitud. Para establecer ésta última y poder medir las distancias que se recorrían en la dirección este oeste aún se utilizaba lo que se llamaba “estima”.

Grabado de Marco Polo


La unión de todas las cartas portolanas y de todas las noticias recibidas de viajeros y misioneros contribuyó a la creación de nuevas cartas y atlas basados en los esquemas de Ptolomeo que tuvieron significación importante en la época del regreso de Marco Polo a su tierra veneciana. El atlas más importante, de los mapas antiguos, data de 1375 y se le conoce con el nombre de Atlas Catalán ya que fue realizado para el Rey de Aragón Pedro IV por el judío Abraham Crasques, cartógrafo mallorquín, quién donó este atlas al Rey como agradecimiento por la tolerancia aragonesa con el pueblo judío y que llevó, también, a la formación de una escuela de cartografía en Mallorca. Este atlas quería ser una recopilación empírica de todo el conocimiento de la época y por ello fue considerado el mejor mapa del mundo. Las tierras este oeste estaban dibujadas sobre doce láminas en paneles plegables. No llegaba a dibujar ni el norte de Europa y Asia ni el sur de África, pero sí se extendía hasta el pequeño tramo, más allá de las Columnas de Hércules, conocido como mar Océano.




Atlas Catalán de 1375

Una copia de este Atlas fue llevada por Jehuda, hijo de Pedro Crasques, a Portugal, a Sagres, donde el Príncipe Don Enrique el Navegante (a pesar de que nunca navegó) estaba reuniendo a los mejores cartógrafos y constructores de instrumentos de navegar y de barcos de la época. Los cartógrafos de esos tiempos, al igual que los de siglos atrás, sentían especial aversión a dejar partes de un mapa o carta geográfica en blanco por lo que los mapas dibujaban perfectamente las tierras al norte y al sur por los conocimientos derivados de los más fáciles viajes norte sur que los de este oeste, pero había una tremenda laguna hacia el oeste del Mare Nostrum. Era fácil predecir las tierras hacia el sur, era fácil predecir y navegar hacia el sur de África y doblar hacia la India, pero hacía falta mucha más imaginación para poder poner tierras hacia el oeste. En el siglo XV, sin conocer aún, se dibujaba a África como casi una península de Europa que se podía bordear para llegar al mar Índico y a la India y a China. Esto se dibujó antes de haberlo navegado.


Don Enrique el Navegante


El caudal de descubrimientos y de artes de la navegación que aportó la escuela de Don Enrique el Navegante es, en su conjunto, más revolucionario, desde el punto de vista técnico, que la obra de Colón. Y no nos asombremos por esta afirmación ya que, en realidad, Colón no hizo nada novedoso o nada que no se supiese. Todos estaban conscientes de que se podía ir hacia la India por el camino del oeste, pero también creían que no era viable por la distancia que había que recorrer y por el vacío entre ambas tierras. Colón quería hacer un viaje hacia unas tierras perfectamente conocidas, él quería ir a Cipango, solo que quería ir por mar por el camino contrario. No había nada novedoso en el viaje pretendido a una tierra conocida por un camino conocido. La única incógnita era el tiempo que iba a necesitar dicha travesía. La gran incógnita de la época.



Retrato de Cristóbal Colón

Génova era un centro importante en construcción de naves y en empresas de navegación y eran un centro de referencia para la construcción de cartas portolanas. Es en una prisión genovesa donde Marco Polo redacta el relato de sus viajes y es Génova donde Colón aprende las artes cartográficas que años después utilizarán él y su hermano Bartolomé en Portugal. Un afortunado naufragio del barco en el que servía Colón, en costa cercana a Sagres, lo lleva, en 1476, a Lisboa donde junto con su hermano se dedican al floreciente negocio de compra y venta de cartas de navegación. Incluso podía comprar cartas de navegación y mejorarlas con los nuevos descubrimientos o hallazgos de los que se tuviese noticia, pues estaban en el centro de información para navegantes más importante del siglo.

En 1484 ya le ofrece al Rey de Portugal, Juan II, la “Empresa de las Indias”, la cual aún se consideraba factible ya que no se había doblado al Cabo de Nueva Esperanza y no se tenía claro el camino del sur hacia la India y China. El cartógrafo italiano Toscanelli había propuesto, en 1474, un camino más corto hacia la tierra de la pimienta que el de bordear África e incluso había llegado a dibujar el mapa de la posible ruta corta. Colón conoció la carta marina y le escribió directamente a Toscanelli pidiéndole más información, a lo que éste le respondió con más detalles y con un mapa en el que pone de manifiesto su idea de que las costas de Asia están cerca de las de Portugal, suponiendo que entre Cipango y Canarias había 3.000 millas náuticas (en realidad entre Japón y Canarias existen 10.600 millas). En la carta de Toscanelli aparece una isla llamada Brasil situada en el occidente de Irlanda, recogiendo también las islas de Azores, Canarias y Cabo Verde.

Con las indicaciones de Toscanelli y con el mapa es que Colón comienza la larga andadura de convencer a alguien de que su empresa era factible. No hablaba ni portugués ni castellano, su lengua materna era el genovés, que no era una lengua para ser escrita sino un dialecto hablado, lo cual dificultó enormemente la documentación escrita de sus requerimientos y explicaciones. Cuando Colón llega a Portugal era un, por decirlo de alguna manera, “analfabeto” en escritura. Será en Portugal, y posteriormente en España, donde aprenderá a escribir los idiomas que aprendió a hablar, el portugués y el castellano, sobre todo este último pues el castellano estaba considerado como una “lengua educada”, incluso en el mismo Portugal. Su ortografía portuguesa, al escribir en castellano, hace presumir que aprendió primero el portugués que el castellano, si bien no nos han llegado manuscritos suyos en portugués. También aprendió a leer en latín porque era la lengua en la que estaban escritos la mayor parte de los manuscritos y este mismo idioma usaba para firmar los documentos cuando debajo de sus iniciales escribía “Xto Ferens”, que significa, traducido del latín, “el que lleva a Cristo” .

Sus primeros proyectos de viaje son presentados al Rey de Portugal quien somete el proyecto a una comisión formada por dos judíos y un clérigo, especialistas en navegación quienes desecharon el proyecto por la estimación que Colón hace de la distancia a recorrer. El conocimiento de la época no alcanzaba para saber que entre Portugal y Cipango había una tierra, pero lo que sí sabían, si se atenían a las mediciones de Erastótenes y no a las de Ptolomeo, era que la distancia entre ellas no era la que decía Colón. Según las estimaciones de Colón entre las Canarias y Cipango habría unos 4.500 Km. lo cual haría posible un viaje en las nuevas naves portuguesas, las carabelas. Por esos años, en 1484, los portugueses habían llegado en un viaje hasta el río Congo, que estaba a unos 9.000 Km. de Portugal, por tanto el viaje propuesto por Colón, si la medición fuese correcta, era completamente viable.


Escudo de Armas de Colón

No es Colón quien intenta por primera vez la ruta del Oeste. En 1487, dos portugueses, Fernando Dulmo y Joao Estreito navegan hacia el oeste buscando la quimérica isla de la Antilla. Navegaron durante 40 días sin encontrar tierra, porque, entre otras cosas, comenzaron su navegación demasiado al sur, a la altura de las Azores, por lo que no fueron favorecidos con los vientos alisios que los hubiesen llevado hacia el noroeste. Los Portugueses conociendo el fracaso de esta expedición, que había navegado durante cuarenta días sin encontrar ni siquiera la Antilla, mal podrían llegar a Cipango en el tiempo que las carabelas podían resistir para recorrer una distancia que ellos calculaban en unos 19.000 Km.

Colón, derrotado en Portugal, dirige sus pasos hacia España donde, durante siete largos y agónicos años, intentó vender la “Empresa de Indias”. La gaditana casa de los Medinaceli, armadores famosos, fueron los primeros en ser convencidos por Colón y estaban dispuestos a financiar tres carabelas si la reina Isabel no se hubiese opuesto. Oposición que solamente se debía a meros intereses mercantiles, pues Isabel no quería que la expedición fuese particular de la casa de Medinaceli sino real. A lo largo de estos años más que resolver las dudas científicas de la navegación, se discutían condiciones contractuales. Colón desesperado por la tardanza de las negociaciones envía a su hermano Bartolomé a ofrecer la empresa a Enrique VII de Inglaterra y a Carlos VIII de Francia. En este último lugar se queda Bartolomé a trabajar y por ello no participará junto con su hermano en el viaje de 1492. Enterados Isabel y Fernando de la oferta a otros reyes del proyecto de Colón, deciden abruptamente financiar, por fin, la expedición a Calón. Los famosos costos de la expedición y la venta de joyas de Isabel no es más que parte de una romántica leyenda, ¡ las joyas fueron empeñadas !. Y así Colón pudo comenzar a demostrar que sus ideas eran correctas.



Bartolomé Colón, hermano del Almirante

¿Qué tan correctas eran? ¿Eran descabelladas las ideas de Colón?. Estas ideas estaban basadas en dos premisas correctas y una incorrecta, todo ello derivado de los conocimientos geográficos de la época. Una suposición correcta era que, de acuerdo con la Biblia la mayor parte del planeta estaba cubierta por tierras, ya que la Biblia, a través del profeta Esdras, dice: “El secó seis partes de la tierra...”. Con esta afirmación bíblica se podía deducir que no debía haber mucho mar hacia el oeste. La segunda suposición era que, si Asia era del tamaño que indicaban los mapas y cuanto más esta se alargara hacia el este, más corto sería el espacio entre el este y el oeste por el oeste. Los cálculos de Ptolomeo para la distancia Portugal China era de 150 grados, para el Atlas Catalán 116 grados, e incluso hubo estimaciones de 225 grados. Cuánto mayor fuese esta distancia menos distancia habría por la ruta del oeste ya que en lo que todos estaban perfectamente de acuerdo era en que la tierra era esférica y medía su circunferencia 360 grados. Ahora bien, de acuerdo a la medida que se le asignase a esa circunferencia máxima, entonces un grado geográfico mediría entre 90 y 106 Km.. (en realidad mide entre 110.57 Km. en el ecuador y 111.70 Km. en los polos debido al suave aplastamiento de la tierra por efecto de su rotación) por tanto, de la mezcla de estas suposiciones, se puede tener que el viaje de Colón era posible o imposible de acuerdo a las premisas que uno admitiese. Cierto, si creemos que entre Portugal y la China hay 116 grados (Atlas Catalán), entonces la vía del oeste mide 244 grados con lo cual el viaje de Colón sería de 22.000 Km., es decir, inviable, por lo que Colón no usaba este conjunto de suposiciones. Además Colón toma de Afagrano la medida de 56 y 2/3 de milla para un grado, pero millas árabes que equivalen a unos dos mil metros, por lo que la circunferencia de la tierra seria de unas 20.400 millas, es decir 40.800 Km., pero Colón confunde la milla árabe con la italiana que mide mil quinientos metros por lo que redujo la circunferencia terrestre a 30.600 Km.

Todas las notas de Colón, glosas y apostillas, en libros como el “Imago Mundi”, de Pierre de Ailly (que contiene 898 notas de Colón), están contenidas en libros eruditos que trataban sobre la extensión de Asia, la circunferencia máxima de la tierra y por tanto de la posible anchura del mar del oeste; precisamente este libro, “Imago Mundi”, propone como distancia de Asia, hacia el este, de 224 grados, lo cual hace al océano del oeste muy estrecho. Colón subrayó la frase del libro que dice:




“ La extensión de Asia hacia el oriente es mucho mayor que la que Ptolomeo admite.... de aquí se deduce que este mar puede ser navegado en unos pocos días si el viento es favorable “



Y estos son los datos geográficos que estaban en discusión en la época. Un tamaño impreciso para Asia, y una estimación de la medida de la circunferencia máxima terrestre eran las dos variables que, como si fuesen una ecuación diofántica, era difícil de desentrañar. ¿Pero que decidió el éxito de la expedición de Colón?. Colón era un marino. Colón era un geógrafo interesado, manejaba los datos que a él mejor se le acomodaban, en los que él creía, sin ninguna base verdaderamente científica o asignándole credibilidades mayores a unos autores que a otros. Pero Colón era un marino, un excelente marino. En el año 1501 el mismo escribía:



“... de muy pequeña edad entré en la mar navegando e lo he continuado fasta hoy... ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta hoy se navega todo lo he andado...”



Y ser un gran marino en la época era ser un conocedor de los vientos, máximos regidores de la navegación a vela. Colón había navegado, antes de 1492, casi desde el círculo polar ártico hasta el ecuador, en las rutas norte sur, y en las rutas este oeste había navegado entre el mar Egeo y las islas Azores. Viajó por Islandia, Irlanda, vivió en las Islas Madeira, donde nació uno de sus hijos, y desde allí navegó hasta la Costa de Oro en Guinea.

Una vez aprobado por Isabel el viaje, se procedió a fijar los términos del contrato, reunir los barcos y las tripulaciones. Su expedición iba a salir del puerto de Cádiz el día 2 de Agosto de 1492, pero esa misma fecha era también la fecha tope para la salida de los judíos de España (si no salían serían ejecutados), lo cual produjo una congestión en el puerto de Cádiz, por lo que la expedición no pudo partir hasta el día siguiente 3 de agosto desde Palos.

Colón anotaría en su diario:



“...el viaje fue ordenado después de que el reino fuera limpiado de judíos...” .



No suena muy bien, pero está en su diario. Como buen conocedor de los vientos, no se dirige directamente hacia el oeste desde España sino que baja hasta las Canarias y aprovecha los vientos alisios del nordeste que lo llevan en dirección noroeste hacia su destino en la historia y sin más instrumentos que un cuadrante y una brújula magnética. Colón, es probable, no conoció ni el astrolabio ni la ballestilla y su método de navegación era el que en la época se llamaba la “estima”, aunque hay autores que afirman que Colón en su primer viaje llevaba un astrolabio.



Astrolabio de 1568


12 de octubre de 1492, se divisa tierra. ¿ Qué tierra ?. Colón nos dice en su diario:



“ jueves, 11º de octubre
....y pusiéronse a la corda temporizando hasta el dia viernes que llegaron hasta una isleta de los lucayos que se llamava en lengua de indios guanahani...”



Y Colón entró en la historia.






La Ruta de Colón, día a día


EPILOGO DE UN BUZO EN EL CARIBE



Enero de 2002, atrás van quedando las Islas Providenciales, en el archipiélago de las Caicos, el suave ronroneo de un pequeño bimotor pone el ambiente de placidez a una vista impresionante de un mar azul prístino, profundo, de azules inenarrables; en esa estática placidez contemplativa pienso que voy a llegar a la misma isla a la que llegó Colón quinientos diez años antes. El sabía a donde quería ir, pero no supo nunca a dónde llegó. Yo llego con todo el conocimiento del mundo y apenas podemos estar de acuerdo si esta fue la primera tierra que vio llegar a Colón. El llegó a encontrarse con un nuevo mundo y yo llego a bucear en sus profundidades, a descubrir un mundo que él nunca pudo ver, a bucear en la última parte de nuestro planeta que nos falta por conquistar, los fondos marinos.

El profundísimo brazo de mar, que el avión está ahora atravesando, se llama “Columbus Passage”, que en este punto alcanza una profundidad de más de dos mil metros de mar azul, que poco a poco se van reduciendo hasta emerger del agua una formación rocosa rodeada por unas aguas bajas de menos de un metro de profundidad. Esta suave ascensión en el fondo marino produce una degradación de los azules marinos profundos, a los suaves azules celestes de la costa. Solo interrumpen la monotonía cromática del azul espectro unas blanquísimas arenas que, embelesadas por el mar, se juntan con él produciendo verdes de otro mundo. Estas playas y estas aguas se conservan tal cual las debió haber pisado el Almirante, nada perturba a la vista que nos anuncie la modernidad. Por su posición geográfica, por la ruta de los vientos alisios, por las descripciones de Colón, hoy se cree más firmemente que la enigmática Guanahani es esta paradisíaca isla de Grand Turk, isla que pertenece al archipiélago de Turks & Caicos Islands, colonia británica desde hace varios siglos y que fue durante muchos años capital y residencia del gobernador de la colonia Británica que comprendía a toda las islas del archipiélago de las Bahamas. El testimonio de un historiador tan versado como Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, atestiguaba, en 1535, que Guanahani era la primera tierra. La descripción que de ella hace coincide con la actual Grand Turk y los cayos descritos por Colón corresponden a los cayos que hoy conocemos como Caicos. Los escritos y diarios de Colón hacen pensar que esos cayos, al norte de la Española, eran la primera tierra pisada por Colón.



Playa de Grand Turk

Los paisajes y las playas de Grand Turk evocan a Colón, son un paraíso que pudo haber sido perfectamente el que deslumbró al descubridor. Deambulando por la costa de su pequeñísima capital, Cockburn, recuerdo, una vez más, la feliz coincidencia de unos mapas mal dibujados, unos cálculos mal elegidos, unas leyendas mal evocadas, con unos buenos conocimientos de navegación, unos buenos barcos, unos impacientes y aventureros tripulantes, unos estratégicos vientos alisios y un Almirante de la Mar Océano que, aglutinando unos y otros, dio origen al descubrimiento de un nuevo mundo. ¡ Qué lástima que el Almirante nunca se enteró ! .

9 comentarios:

Anónimo dijo...

For coloration, a ranking G-J will indicate you that it is practically colorless.
They are usually given with the intent of changing into engaged at some purpose within the future.
Difficult designs and information may appear
excellent in the retail outlet display scenario, but are not necessarily the style of Native American bracelet that suit your taste.



Feel free to visit my web page promise rings on which hand

Anónimo dijo...

Depending on which form of stone that she'll like and what you may find the money for, a diamond promise ring has long been an all time favored. Titanium was a metal first used in the aerospace industry because of its ability to withstand high temperatures. Some of those good reasons involve: loved ones beliefs, individual beliefs, desire to avoid the hazards of STDs and pregnancy.

Feel free to surf to my web blog website

Anónimo dijo...

This he insists should be stuck to adamantly all through your fats
burning diet. Drinking green tea is a great way to stay hydrated during workouts,
as a new study in The Journal of Nutrition reported that subjects drinking green tea and exercising lost significantly more abdominal fat
than those drinking a placebo. The most important part is to increase your daily amount of calorie-burning by working out.

Burning fat is the key to getting the great physique
you want, you all know that, but which exercises are best at stimulating the body
into burning fat.

Also visit my site - burning belly fat foods

Anónimo dijo...

If you live in a place where air quality can be a matter of concern you might be more susceptible to clogged pores.
But this certainly will not be so especially when your epidermis is prone to acne breakouts.
" We tapped around the anger and grief in their own chest and throat. Massaging helps restore circulation and blood flow even though the oil softens skin and cuts down on appearance of scar tissue.

Also visit my weblog ... acne diet plan

Anónimo dijo...

Evidently, the divorce ring has been around for awhile. Mens diamond rings are available for these occasions as well as the engagement and the actual wedding.
The glitter, its sheer value and also the aura it radiates has
gripped us all.

Also visit my site promise rings girlfriend james avery
:: ::

Anónimo dijo...

Mixing acne products might cause serious problems for your skin.
Tomatoes, carrots, sweet potatoes, milk and strawberries are all considered to get rich reasons for
it. Most suffers of acne have a challenge on how to get rid of acne and pimples.

You can also find that Tamanu Oil will remove other minor skin blemishes (if any) inside
process.

My site :: menopause and acne

Anónimo dijo...

These rings are symbolic and they have to be the best.
You can find a wide selection of emerald eternity bands.

Ricky Toney is really a author who loves to discuss a lot of matters ranging
from Men Promise Rings and Promise Rings.

Also visit my homepage - website

Anónimo dijo...

There's a thing about a cameo that it truly captivating. Being in a relationship, a girl is always curious when it comes to her future with her significant other. Anklets and toe rings are ought to-haves, but so are entire body jewelry, mobile phone jewellery, hair accessories, important chain charms, and bejeweled belts.

My site :: promise rings size 3.5

Anónimo dijo...

They also offer great after sales services that will keep you going back every time a jewelry emergency
arises. Friends and significant others don't have to have all the fun. And with the recent spotlight shed on promise rings at this year's VMA's, their popularity has only grown.

My homepage - web site