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jueves, 7 de febrero de 2008

PRISCILIANO, EL PRIMER HEREJE

PRISCILIANO, EL PRIMER HEREJE
¿GALLEGO O ASTURIANO?



Bien es verdad que el primer hereje que registra la historia como nacido en las tierras de Hispania lo registra como nacido en Iria Flavia o al menos pasó su infancia. Quiere la tradición reconocer a Iria Flavia como fundada por la princesa Illia, siendo éste el destino final del matrimonio del Rey Theneo e Illia, huidos de la destrucción de Troya. Allí en el siglo IV nació Prisciliano quien se decía a sí mismo de Gallaecia y que provenía de familia hispano latina. Cursó estudios en Burdeos donde conoció las ideas del herético Elphidius y coincidió con tres prominentes hombres que después llegarían a santos: Martín de Tours (el de la repartición de la capa), Ambrosio y Jerónimo. Todos ellos se iniciaron en las herejías de Elphidius, sin embargo el que perseveró en la herejía fue solamente Prisciliano. Regresa a Gallaecia donde difunde sus ideas. Estas ideas eran sincretismos derivados de cultos místicos venidos de Egipto (culto a Osiris y a Mitra) y de prácticas druidas de la Gallaecia profunda mezcladas con ideas maniqueas y cultos persas a Zoroastro.

Difunde ideas gnósticas sobre como alcanzar la santidad por los excesos, tanto los de renuncia como los de entrega. Pasará a la historia como el hereje de los excesos (lúbricos, lúdicos, etc.). En la base de sus ideas está el precepto que después difundió Ágape de que “no hay ningún acto impuro para las conciencias puras”. La transmigración de las almas, el culto a los muertos, la astrología, el sacerdocio femenino, la vulgarización del bautismo (idea común a muchísimas civilizaciones), son partes del discurso de Prisciliano. Ideas tan curiosas y tan liberales se difundieron rápidamente en la sociedad de la época y se propagaron a tierras lusitanas y béticas. Convocado un concilio, para detener estos excesos, en el año 380 se llega a condenar esta herejía con la publicación de ocho cánones que refutan públicamente la herejía prisciliana. Algunos de estos cánones son tan curiosos como:



Que se excomulgue al clérigo que para vivir licenciosamente quiere hacerse monje”
“Que las mujeres fieles no se mezclen con los otros hombres que no sean sus maridos”




Juzgado de nuevo Prisciliano en Burdeos apela al sentimiento de Martín de Tours quien no consigue evitar una condena por:



“delitos de magia, doctrinas obscenas, orar desnudo, conciliábulos nocturnos con mujerzuelas y maleficios”



En el año 385 y bajo el Consulado de Bauton y Arcadio es degollado en Tréveris junto con otros compañeros de herejía. Cuatro años después es exhumado por sus discípulos y llevado en procesión hasta París, pasando por Orleáns, Tours y Burdeos hasta que nuevamente regresa a la península entrando, probablemente por Roncesvalles. Continúa su peregrinar hasta Galicia, posiblemente por barco, donde finalmente fue enterrado en Iria Flavia.

Y bien, ¿era Prisciliano gallego o era asturiano? Iria Flavia pertenecía a Gallaecia y ¿qué era Gallaecia?, el norte de la península era un territorio habitado por pueblos vecinos y que en la época de la dominación romana eran cántabros, astures, galaicos. Los relatos de sus luchas contra Roma mezclan de continuo sus procedencias gentilicias. No existe en esta época el sentimiento de unidad racial y cuanto menos el sentido de nacionalismo como entidad geográfica que encierra un gentilicio. Estrabón y otros autores escriben en sus crónicas que existían tres zonas diferenciadas y que correspondían a una división administrativa del gobierno de César Augusto: al oriente el “Conventus Cluniensis” de los cántabros, limitados por las tierras de Clunia (la actual Burgos) y el río Sella, en el centro el “Conventus Asturum” de los astures, que ocupaban las tierras entre el río Sella y el Navia como límites laterales y el río Duero por el Sur, estando su centro activo en Astúrica Augusta (la actual Astorga), y por último el “Conventus Lucensis” de los Albiones, que ocupaban las tierras mas allá del río Navia y que centraban su actividad en “Lucus Augusta” (la actual Lugo).

Es significativo que, con la dominación romana, se extendiese en estas tierras el uso del latín pero es muy significativo que el latín sufra giros y deformaciones diferentes en las tres regiones. Esta misma separación se va a producir en los actuales Bables asturianos al diferenciarse en tres regiones, la occidental, central y oriental que coinciden exactamente con estos mismos linderos, tres diferentes Bables. Y es significativo que es el Navia el río que es frontera lingüística entre el gallego y el bable y no el río Eo (llamado entonces Ego o Egova), actual frontera natural entre Asturias y Galicia.




División administrativa de Hispania



Esta división administrativa respetaba la existencia de tres pueblos identificados con las zonas, pero nada hace suponer que separase tres pueblos independientes diferentes antes de la romanización ni después de producirse la romanización del norte. En los últimos años del Imperio Romano, antes de la caída de Roma (476) y el nacimiento del Imperio de Bizancio, la administración centralizada de Roma establecía a Gallaecia casi llegando hasta la actual Villaviciosa de Asturias, lo mismo que eran astures hasta los actuales leoneses de la maragatería. La Asturias de los tiempos de Estrabón poco tiene que ver con la actual Asturias, me refiero a sus límites geográficos y carecía, por supuesto, del sentimiento de nación como lo entendemos actualmente. Los cántabros y los astures nunca defendieron nacionalismos, ni defendieron conjuntos sociogeográficos definidos, ni sociopolíticos ni culturales. No existe el carácter nacional en estas luchas guerreras contra Roma.

Dentro de este contexto Prisciliano no era ni gallego ni asturiano, en el sentido localista que le damos hoy a estos términos. Prisiciliano fue un habitante de una vasta región que en el siglo IV se llamaba Gallaecia, de usos y costumbres bastante uniformes en su diversidad. Sus ideas heréticas prosperaron rápidamente porque existía un sustrato uniforme que Menéndez y Pelayo atribuye al panteísmo de los celtas, similar al panteísmo de las ideas religiosas egipcias que propagaba Prisciliano, así como la transmigración de las almas es común a las ideas de nuestro Prisciliano y de los celtas o el culto a los muertos, y sobre todo la astrología que es común al orientalismo egipcio y al celtismo, lo mismo que el sacerdocio de las mujeres. Esta uniformidad Estrabón la destaca cuando dice: “era una la manera de vivir de vascones, cántabros, astures y galaicos”. Casi todos los autores señalan una unicidad para los mitos y creencias de esta vasta región. Aún persisten muchos de estos mitos y son comunes a toda esa zona.

Al fin, ¿quien fue Prisciliano? Esta pregunta fue interrogante de casi todos los historiadores españoles modernos. Sánchez Albornoz llega a preguntarse si en Santiago está enterrado el Apóstol Santiago o es Prisciliano. Y mas aún (aunque despidiendo un tufillo anticlerical muy siglo XIX como dice Sánchez Dragó) Miguel de Unamuno escribe:


“el sepulcro de Santiago lo es de toda España, pero quizás repose en él Prisciliano...”

¿Por qué los historiadores aún se preguntan por Prisciliano? ¿Por qué razón muchos peregrinos de la ruta jacobea dicen que no hay romería jacobea si esta no se alarga hasta Padrón? ¿Es esto una alusión a Prisciliano? ¿Importa si fue gallego o asturiano?

1 comentario:

Jesús Rodríguez dijo...

¿De dónde saca usted tales conclusiones?
Desde luego que no del propio Prisciliano. Es imposible decir ciertas cosas después de haber leído su obra